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La calzada patrimonial de Medellín

es la calle Boyacá

“El término patrimonio suele definirse como nuestro pasado, nuestro equipaje en el presente y la herencia que le dejaremos a las futuras generaciones para que ellas puedan aprender, maravillarse y disfrutar de él”. (UNESCO, 1998)

Calle 51, Boyacá, desde el Centro Comercial Boyacá. Fotografía: Andrea Orozco. 

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El corazón histórico de Medellín lo atraviesa una calle, Boyacá. Fue primera calzada abierta en la Villa de la Candelaria y la arteria principal en tiempos de la Colonia. La vía comunicaba al occidente (Santa Fe de Antioquia) y al oriente (Valle de San Nicolás). Contaba con doce cuadras de extensión desde el Paseo de los Libertadores hasta la carrera Junín.

 

En la tercera cuadra estaba La Iglesia de San Benito y el convento de Franciscanos, la novena correspondía a la Parroquia y Plazuela de la Veracruz, en la décima estaban situadas la Droguería Nacional, Almacén Universal, La Fábrica de Cigarrillos, El Gran Hotel, El Almacén Británico y Hotel Victoria, en la onceava El Parque Berrío y en la última El Fabricato.

 

Existen tres tipos de diseños arquitectónicos que se destacan en los edificios y casas de la Calle Real: la Casa Zea, la iglesia La Veracruz y La Candelaria fueron construidas con características coloniales; el Edificio Constain, el Víctor, Henry, Remington, el Templo de San Benito de Palermo resaltaban la arquitectura  republicana de principios del siglo XX y el Fabricato fue edificado con un diseño moderno autóctono de los años 30. Todos estos estilos arquitectónicos han sido una representación de las transformaciones económicas, políticas y sociales de la ciudad.

 

La calle Boyacá fue testigo de las primeras veces: fue la primera vivienda en Medellín declarada Patrimonio Cultural, el Constain fue el primer edificio con electricidad en la ciudad, el primer ascensor se instauró en el Edificio Henry, el Edificio Víctor con sus tres particulares gárgolas lo hacían una joya única, primeriza y majestuosa en Medellín, la Iglesia de la Veracruz, situada en la plazuela que lleva su nombre y cuyo frontis en piedra data de los primeros tiempos de la Colonia.  La calle enmarca un recorrido patrimonial arquitectónico que hace parte de la memoria histórica de Medellín, pero ¿somos conscientes de la riqueza material que representan estas edificaciones?


 

Detrimento del patrimonio

En 1921 una humareda envolvió las edificaciones en la calle Boyacá (entre Palacé y Bolívar), la gran mayoría de ellas de tapia y cubierta de teja de barro. Tres incendios, casi paulatinos, transformaron rigurosamente la apariencia del costado norte, occidental y oriental del Parque Berrío. Ricardo Olano, comerciante y político fue una de las figuras más representativas en el desarrollo y concreción urbanística de Medellín a principios del siglo XIX, narra en su libro autobiográfico Memorias recordando la catástrofe de la noche del 30 de octubre de 1921:
 

“Anoche, sábado 30 de octubre, tuvo lugar un espantoso incendio que consumió toda la manzana occidental del Parque Berrío, que era tal vez la más valiosa y comercial de todas. Parece que los prejuicios serán pequeños para los propietarios de edificios y almacenes incendiados porque había buenos seguros. La ciudad ganará porque los edificios eran feos y ahora se levantarán edificios modernos”.


En nuestra cultura, las problemáticas sociales, ambientales, naturales o producidas por la mano del hombre han generado un grave desgaste, que podemos interpretar como una transgresión directa al patrimonio material de la ciudad. Algunos acontecimientos históricos y factores geográficos han alterado la fachada de la ciudad, desde intervenciones artísticas o accidentes urbanos.

 

En 2006, la Alcaldía de Medellín creó el Plan Especial de Protección Patrimonial con el fin de un diagnóstico, evaluación y seguimiento de esos inmuebles. A pesar de ello, muchos están sufriendo un evidente abandono.  

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  • El viaducto del Metro se encargó de anular la visual de la valiosa arquitectura republicana del Edificio Coltabaco (actualmente Universidad Remington) entre Boyacá y Bolívar construida en los años 70 y el Edificio Henry, donde funcionó el National City Bank of New York, obra del bogotano Guillermo Herrera Carrizosa.

  • La antigua oficina de correos donde nació Atanasio Girardot, prócer la independencia colombiana, es ahora un almacén de ropa. La casa de Francisco Antonio Zea, científico y prócer de la independencia, estuvo abandonada por mucho tiempo, incluso le falta una parte que en este momento el dueño espera su caída para hacer un edificio; no fue hasta finales del 2017 que la Secretaría de Cultura Ciudadana la habitó y le ha hecho unas mejoras.

 

Es difícil para la sociedad medellinense entender la majestuosidad de edificios como el Fabricato, el Henry, y la Casa Zea, que han sido referentes estéticos, simbólicos e históricos para la ciudad.

 

Protección del patrimonio

Colombia tiene una ley de patrimonio estructurada,  un sistema nacional de patrimonio definido que habla de las responsabilidades de los entes como el Ministerio de Cultura, las gobernaciones, los institutos de cultura, las alcaldías. Sin embargo, existen deficiencias que ralentizan los procesos,como la falta de un consejo de patrimonio para el Instituto de Cultura y Patrimonio, que debería avalar los procesos patrimoniales en todos los municipios de Antioquia, no está funcionando desde 2016.

 

Con el tiempo han surgido actores sociales que han asumido un rol en representación del patrimonio con el objetivo común de su preservación y cuidado.

 

  • Desde 1997 el Ministerio de Cultura ha implementado un programa llamado Vigías del Patrimonio, un voluntariado que hacen los ciudadanos interesados en la protección y salvaguardia del patrimonio material e inmaterial de la ciudad, quienes se han encargado de visibilizar y crear un sentido de pertenencia a los habitantes del centro, los dueños de las edificaciones, los visitantes y a la misma administración Municipal.
     

  • La Fundación Patrimonio para el Desarrollo que funciona desde el 2016 con el fin de la valoración, gestión, intervención y promoción del patrimonio cultural de Medellín. No son una entidad del estado, pero a veces se ligan a él por contrataciones. Su discurso frente al patrimonio se basa en el análisis y gestión de procesos de evaluación para el mantenimiento de esos bienes inmuebles, que han cumplido gracias a los mismos contratos que reciben del estado o por parte de instituciones privadas.

 

  • El Grupo Independiente de Memoria y Ciudad con un discurso que se vale de la realización de tertulias y recorridos identificando espacios patrimoniales, asimismo de explorar lugares de ciudad que poseen un estigma de miedo. Surgió 18 años atrás por la iniciativa de Jorge Iván García Orozco, un Licenciado en formación estética. Hoy cuenta con cuatro miembros, todos profesionales y profesores.

 

  • La Corporación Región bajo el lema “conoce tu ciudad”, hacen actividades que según ellos mismos definen como “experiencias que brindan al viajero la posibilidad de tener un recorrido que le signifique valor agregado con respecto a la ciudad”. Llegan principalmente a un público extranjero, pero igualmente educan sobre lugares de patrimonio de Medellín.
     

  • El Museo de Antioquia ha ejecutado proyectos financiados por la Alcaldía de Medellín. En 2017, ejecutó un proyecto que nace como iniciativa de la comunidad de La Candelaria para visibilizar el patrimonio material e inmaterial de su territorio. Realizaron un inventario de los bienes de interés cultural para su promoción y protección, además de conocerlos y difundir su importancia en toda la ciudad. Sin embargo, de los bienes que se encuentran en la Calle Boyacá, solamente se hace referencia a uno que es el Edificio Fabricato.

 

Patrimonio versus desarrollo

Es cierto que Medellín ha dedicado sus esfuerzos en verse como una ciudad progresista, como también es cierto que el patrimonio arquitectónico ha sido puntapié para el desarrollo de las nuevas tendencias que van surgiendo con el pasar de los años.

 

En el concurso City of the Year del año 2013, Medellín fue reconocida por The Wall Street Journal y Citi Group como la ciudad más innovadora. Iniciativas arquitectónicas como las escaleras eléctricas de la comuna 13, los parques biblioteca, el Centro Cultural de Moravia, y el sistema integrado de transporte Metro, fueron decisivas para ganar el premio, el cual dependía de una votación virtual.

 

El premio marcó un lema en la ciudad, lugares como Ruta N, el Parque de la Vida, Parques del Emprendimiento, y la construcción de Parques del Río apuestan por la innovación, que aunque irreversible, no debería ir en contra de la memoria.

 

Es claro que la conservación del patrimonio requiere una fuerte movilización y vigilancia hacia el Estado, para que cumplan a cabalidad los procesos que permiten la conservación de estos lugares. La responsabilidad de la conservación del patrimonio arquitectónico reside en todos los actores vinculados a la Calle Boyacá.

@2018 por Valentina Arango Correa, Andrea Orozco, Estefanía Aguirre y Laura Almanza.

Creado con Wix.com

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