La ironía hecha retraso
En el pasaje de Boyacá un relojero observa a los transeúntes perderse entre la multitud. Unos buscan lo que no necesitan, otros lanzan una mirada ligera y esquiva a las películas porno. Unas señoras buscan entre los venenos una solución permanente para la plaga de cucarachas que no matará ni una bomba atómica. El viejo cansado se acomoda en el puestesito que ha ocupado por más de 20 años arreglando relojes, pero no se percata que el suyo ya lleva varios días descompuesto.